Los seres humanos aparte de
los rasgos propios de su grupo étnico se diferencian por su personalidad. Aún así
sean gemelos o trillizos, no existen personas idénticas en cuanto a la personalidad.
¿Qué entendemos por personalidad? En Rincón del Vago, se enuncia que la
personalidad expresa las
características o formas de ser de una persona en tanto diferente de todas las
demás ya que es la síntesis de la forma más habitual de conducirse física,
psicológica y socialmente en las distintas circunstancias de la vida de cada
uno.
Las
empresas también poseen una personalidad conformada por activos tangibles como
capital físico, capital humano, capital financiero y activos intangibles como
marca, reputación, cultura organizacional, comunicación estratégica y
responsabilidad social, entre otros. En
términos de comunicación, la Identidad Corporativa (IC) vendría a ser el equivalente
a la personalidad de una empresa o institución. En este contexto, sólo las
mejores empresas logran posicionarse como líderes en el mercado.
El
comunicólogo holandés Cees van Riel en su libro Comunicación Corporativa, describe
la IC como la manifestación de un conjunto de
características que forman una especie de concha alrededor de la organización,
mostrando su personalidad, lo cual es equivalente a la autopresentación de la
empresa planificada estratégicamente. van Riel destaca la relevancia de la
IC en los siguientes términos:
1. Aumento de la motivación entre los empleados
Una fuerte IC crea el
sentimiento colectivo de “nosotros” en la organización. Hace que los empleados
se identifiquen con la empresa. El aumento del compromiso con la empresa afecta
su comportamiento lo que tendrá un impacto externo. Todo esto lleva a un mejor
desarrollo del capital humano.
2.
Motivación de confianza entre los stakeholders
externos
Cuando una empresa presenta una IC sólida, los stakeholders externos pueden desarrollar una imagen
clara de ella. La identidad corporativa debe desplegarse con propósito
determinado y en base a señales consecuentes, con dicho propósito, porque si
una empresa transmite mensajes contradictorios se expone a perder su
credibilidad.
3. Conciencia del importante papel de los clientes
Muchas empresas miran a sus clientes como el
stakeholder más importante, ya que en definitiva son quienes justifican la
existencia de una empresa. El desarrollo de una IC bien
definida inspira confianza en el cliente, establece la base de una relación
continua y por consiguiente garantizar el futuro de la empresa.
4. Sensibilidad del rol vital de los
stakeholders financieros
A menudo
se percibe a los proveedores de capital como el segundo stakeholder más
importante de una empresa. Ellos deben confiar en la empresa porque
generalmente son los que asumen mayores riesgos al sumistrar considerables
cantidades de financiamiento.
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