jueves, 24 de mayo de 2012

Gaviota, gaviotadas y relaciones públicas


Como olvidar a Gaviota, una recolectora de café excepcionalmente bella y sumamente inteligente que se enamora de Sebastián, hijo del patrón de la Hacienda Casablanca en la famosísima novela Café con Aroma de Mujer. La novela recreó una historia de amor que transcurre en el enclave cultural de los cafeteros colombianos, cautivando a miles de televidentes de todas las edades, desde su lanzamiento por la cadena RCN en 1994 para Colombia y América Latina.

La Gaviota, Teresa Suárez o Carolina Olivares, caracterizada por la actriz colombiana Margarita Rosa de Francisco, se ganó el corazón de los latinoamericanos, fieles devotos de su lucha por el amor, revestida de un temple de heroína y capacidad de sortear los infortunios, muchas veces con salidas inverosímiles o gaviotadas. Al final del camino, la andariega enamorada asciende de nueva cuenta en su desarrollo profesional, como ejecutiva de relaciones públicas en la Asociación de Cafeteros.

Así de tan sencillo fue en la novela. Belleza, inteligencia y tenacidad le valieron a Gaviota su éxito, sin haber conocido el ABC de las relaciones públicas en la universidad.  Hoy día, en la realidad empresarial es común identificar en la gerencia de relaciones públicas a personas que no cumplen con los requisitos profesionales para el ejercicio de esta función directiva. Sin más ni menos, eres el mejor amigo o recomendado, una figura afamada, una cara bonita, un adulador social…En fin, las habas se cuecen en todos lados.


En Nicaragua, las relaciones públicas no son ajenas a esta práctica dañina para la profesión. Todo ello tiene una explicación hipotética, en la falta de reconocimiento a la dimensión estratégica de esta ciencia, un manejo de expectativas enfocado prioritariamente a las relaciones con los medios de comunicación,  poca apertura a  conceder la función de consultores internos a los especialistas, la ausencia de un gremio que dignifique la carrera y la poca o nula producción de conocimiento especializado en la academia.

En conclusión, las gaviotadas abundan en el mercado, pero es responsabilidad de los relacionistas públicos promover acciones que fortalezcan el ejercicio de la profesión, considerando que la evolución del mercado requerira de mayor exigencia profesional y  tendencia a la especialización, como ha acontecido en países desarrollados en los que las relaciones públicas ha alcanzado gran apogeo y credibilidad. Mientras tanto, tomémonos una taza de café con aroma de mujer.





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