La comunicación es un factor decisivo para el desarrollo
de las organizaciones y quien disienta de esta afirmación, lamentablemente
perderá mucho en su proyecto organizacional, sea cual sea la naturaleza de la
entidad: empresa, institución pública, organismo no gubernamental, etc… ¿Qué se
perderá? En verdad mucho…
Para comenzar, la comunicación es la correa de
transmisión para el desarrollo de las operaciones de una organización y coadyuva a la
construcción de la identidad y cultura corporativa.Como dejar de reconocer las
arcas doradas de McDonald’s. Así, la identidad corporativa es el activo mas
preciado de una organización porque permite su diferenciación en el entorno.
La organización tiene que comunicar los atributos y
competencias que le hacen digna de reconocimiento, porque una organización que
no es reconocida está condenada a desaparecer. No en vano las inversiones de
grandes empresas en comunicación y relaciones públicas. En este contexto, la
comunicación cumple una función estratégica y apoya estructuralmente al
proyecto de la organización.
Hoy en día, las organizaciones que poseen mejores estándares de calidad, le
confieren a la comunicación una dimensión estratégica. Por ello, cuentan con
departamentos de comunicación organizacional y relaciones públicas. Además, se
comunican internamente para motivar a sus empleados y mantenerlos al tanto de los
aciertos y desaciertos de la organización y asimismo asegurar que todos estén
alineados con las metas y objetivos.
Las organizaciones también se comunican externamente con
sus públicos para que estos y el entorno comprendan el proyecto organizacional.
La comunicación externa contribuye decisivamente a generar credibilidad, satisfacer
las expectativas de los públicos meta y propiciar la retroalimentación 360
grados, en un modelo de comunicación integradora, donde la premisa es ganar
ganar.
Como
epílogo de esta reflexión, las organizaciones modernas deben comprender que la
inversión en un “intangible” como la comunicación tiene un retorno, quizás no medible
en parámetros contables, pero fundamental para la construcción de percepciones que ayuden a consolidar la imagen
corporativa, la productividad y la calidad de vida laboral.
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